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lunes, 9 de julio de 2018

Grecia

A veces es importante derrumbarte,

para volver a resurgir de los escombros,

sacudirte el polvo,

coger aguja y coserte las heridas,

recordar no volver a abrirlas.

Mirar tu reflejo y observar las ruinas,

una grecia derruida,

esa niña-lágrimas,

guarda el alma

pura e intacta

para alguien especial

sin saber que

ese alguien

es ella.


Busca el amor sin ser consciente

que lo desprende en cada sonrisa,

que está ahí,

en ella,

que solo tiene que quererse,

y abrir los ojos para verlo:

está en la dulzura de su forma de afrontar la vida,

en la emoción que pone en todo lo que hace,

en su alma soñadora,

en como confía a corazón abierto,

en como entrega su alma.


A veces es importante enfrentarte a tus demonios,

o a tus recuerdos,

aunque a veces sean lo mismo

sin querer ser ninguno de ambos.

Romper el espejo,

por no demostrarte tu belleza,

y cortar con el cristal,

las sogas que te aten al suelo,

resurgir de las cenizas como ave fénix,

Y volar.

Incertidumbres aisladas.

Sola.

Sola con el vacío enfermizo de diez preguntas,

y tres respuestas puñalada.

me abrigo el pecho con miedos,

y me juro no dejar que me vuelvan a romper

mientras me resquebrajo sonriendo.


Estoy hecha de caricias, y temo

el afecto y su graduación peligrosa,

mi paz, si no soy yo quien la genera,

la reacción de mi piel buscando el contacto,

la bajada de mis defensas.


Arropo mis incertidumbres,

cierro los ojos,

y cuento lobos para dormir.

Después les toca a los versos.

Me escribo singular y persona,

unidad en proceso, reconstruida,

particularmente caótica y vida.


Nueva,

tan memorizada y perdida,

compleja,

simple poeta

enemiga del tiempo rendida

(Pactada la tregua se crea la alianza:

veamos

cómo

estalla.)

viernes, 6 de octubre de 2017

De miedo

Los miedos nos coartan, pero al tiempo nos protegen, y permiten nuestra supervivencia. Generalmente tienen un motivo de ser, por eso, si no metemos las manos en el fuego, es por miedo a volver a sentir el dolor de la quemadura que nos hicimos la primera vez. Y así se evita que nos quememos la piel al buscar calor frente a una chimenea, por ejemplo.
Lo mismo sucede con muchas otras cosas en la vida, aunque a veces nos cuesta un poco más entenderlas, o incluso racionalmente consideramos que el mecanismo de defensa de nuestro cuerpo está equivocado. Y es cuando nos toca perder el miedo. como las primeras veces que montamos en bicicleta, que tenemos muchísimo miedo de caernos (y nos caemos), pero denegamos ese mecanismo de defensa, porque sabemos que está equivocado, y que en cuanto que aprendamos a manejar un poco mejor la bici no nos caeremos.
Esto mismo sucede con sentimientos más complejos como puede ser el amor, la confianza, la amistad...

Hace tiempo

Hace tiempo que no me tomo la poesía por mi mano,
Que no hago palabras por mi cuenta,
Ni he vuelto a desteñir sombras de monstruos del pasado.
Hace tiempo que no necesito explicar a quien no conozco lo que no entiendo,
Que no dibujo una realidad idealizada para escapar del mundo,
Ni me hundo en cada vaso de agua.

Hace tiempo que los versos no se escapan de mis dedos.
Así que...
Sí me veis llorar,
Probablemente
estaré escribiendo uno de mis mejores poemas.

lunes, 29 de mayo de 2017

100 Cosas que hacer antes de morir


Aquí va la "Lista de 100 cosas que hacer antes de morir"



  1. Aprenderme 3 poemas de memoria. (0/3)
  2. Aprenderme 5 canciones de guitarra de memoria. (0/5) 
  3. Donar sangre.
  4. Comprarme una Polaroid.
  5. Volar una cometa.
  6. Darle un tortazo a alguien.
  7. Publicar un libro.
  8. Viajar en un crucero.
  9. Teñirme el pelo de un color llamativo.
  10. Dar un paseo en globo.
  11. Aprender el lenguaje de señas.
  12. Ver una aurora boreal.
  13. Ver una estrella fugaz.
  14. Escribir una autobiografía.
  15. Aprender a tocar el piano.
  16. Mirar a través de un telescopio.
  17. Besar a alguien bajo la lluvia sin preocuparme por esta.
  18. Jugar a la ouija.
  19. Surfear.
  20. Escaparme/fugarme de algun sitio durante un día entero con un chico.(mi casa/colegio/universidad).
  21. Darme una siesta en una hamaca.
  22. Vivir un día sin pensar en consecuencias.
  23. Ser la experiencia de que Dios existe para alguien.
  24. Ser la voz de una banda.
  25. Besar a alguien sin venir a cuento.
  26. Subir a YouTube mi primera cover con guitarra (entera).
  27. Dar un concierto.
  28. Hablar por la radio.
  29. Discutir con un chico, acabar de insultarnos, mirarnos y besarnos.
  30. Darme un baño a la luz de las velas.
  31. Dormir en una casita del arbol de noche.
  32. Aprender a esquiar.
  33. Actuar como personaje principal en alguna obra de teatro.
  34. Visitar un iglú.
  35. Pasear en caballo por la playa montada como amazona.
  36. Ir en el coche conduciendo con tu música favorita a todo volumen, y las ventanas abiertas.
  37. Tener una colección de 50 monedas de las que pasas por una maquina y toman una forma en museos y zoos...
  38. Ponerle nata a alguien en la cara mientras duerme.
  39. Dormir durante un día entero.
  40. Dormirme en el cine.
  41. Ponerme a bailar en medio de la calle.
  42. Bailar con alguien sin música.
  43. Beber de más.
  44. Componerle a alguien una canción y tocársela.
  45. Conocer a alguien que se llame como yo.
  46. Crearme un blog donde expresarme libremente y donde poder desahogarme.
  47. Decir la verdad en la ocasión menos adecuada.
  48. Dormir abrazada a quien quiero.
  49. Hacerme un tatuaje de henna.
  50. Ir al cine a "no ver una película".
  51. Mandar un mensaje en una botella.
  52. Tumbarme a mirar las estrellas en un césped con mi novio.
  53. Pasear por la playa con mi novio.
  54. Un concierto bajo la lluvia, calados todos.
  55. Ver un eclipse.
  56. Besarme bajo la lluvia.
  57. Desayunar en la cama (que me traigan el desayuno).
  58. Montar en moto.
  59. Experimentar la gravedad cero.
  60. Nadar con delfines.
  61. Ver las campanadas en la puerta de sol (y tomarme las uvas).
  62. Viajar en crucero.
  63. Lanzar un farolillo volador.
  64. Dormir en un hotel de lujo.
  65. Hacer una capsula del tiempo y desenterrarla con mis hijos.
  66. Patinar en un lago helado.
  67. Hacer el camino de Santiago.
  68. Leer un libro que me guste tanto que, nada más terminarlo, vuelva a empezar por el principio.
  69. Salir una noche de fiesta en pijama.
  70. Aprender a pescar.
  71. Inventar mi propio cocktail.
  72. Viajar en góndola en Venecia.
  73. Aprender algún estilo de baile (sevillanas, baile moderno…).
  74. Aprender primeros auxilios.
  75. Disparar una pistola.
  76. Ir a Disney.
  77. Hacerme una foto con el letrero de Hollywood.
  78. Examinarme como mínimo de los dos primeros galopes. (Exámenes de equitación).

viernes, 26 de mayo de 2017

Gracias por ti.

Más feliz de lo permitido.
Rostros y recuerdos me invaden,
sonrío en un gesto vacío
y brillan mis ojos distantes.

Amor, más de lo conocido:
Un mundo, momentos, detalles.
Sola a las palabras me rindo,
y esta vez dejo que me arrastren.

Noches con tu abrazo de abrigo,
llantos, peleas y desastres
Perdonado cada conflicto,
Y ya no bastará que te ame.

Te mereces más que mis vicios,
Alguien incapaz de dañarte.
La compañera en tu camino;
que felicidad no te falte.

domingo, 10 de julio de 2016

La idiota y sus ilusiones.

Ingenua. Ilusa. Imbécil.
Sola de nuevo.
No aprendo. O tal vez no quiero
aprender.
Otra vez ha vuelto a suceder.
Y como de costumbre vuelven las palabras
para recordarme la tortura.
Para gritarme mi identidad,
para bajarme, a bofetadas, de las nubes.
Con hechos.
Las palabras son el veneno que sirve de antídoto ante el paro cardiaco
o el ataque de agresiva impotencia que golpea con toda su furia en mi pecho
hasta quedar sin fuerzas, sin aliento.
Suspendo
una y otra vez la prueba de la amistad.
Supongo, que si fuera más simple o conformista,
si fuera menos pasional,
menos sentimental o susceptible,
si me emocionara menos con la vida, todo sería más fácil.
Supongo que me van los retos.
O soy demasiado cabezota, y me obceco.
No soporto recibir órdenes.
Soy muy niña,
soy transparente,
me rompo mil veces al chocar con el suelo como un vaso de cristal, o el zapato de la Cenicienta.
Y las esquirlas de tanta traición se clavan en mis pies descalzos,
produciendo en mi cortes, que vacían el contenido de mis venas, en una hemorragia interna
de sentidos, sucesos y escenas.
Soy experta en complicarme la vida,
en cometer el crimen perfecto que deje en jaque mate mis latidos.
Al menos algo tengo claro: mañana lo olvidarás a ratos. Y lo mismo pasado.
No quiero pagar el destrozo de esto que llaman vida
(que aun no entiendo como tantísimo, y tantísimos, significados puedan estar abarcados
en una sola y única palabra),
no quiero que el pilar que hace que mi suelo se mantenga estable vea
la miseria de mis ruinas.
No quiero que vea el dolor en mis ojos o versos,
no quiero que viva una milésima parte o sienta exactamente
mis las agujas y puñaladas en el vientre transmitidos pupila - pupila.
Por eso no te miro a los ojos. Por eso no estoy hoy a tu lado durmiendo.
Por eso, tal vez, estoy bebiendo.
Suena a ironía el verbo volar en este momento.
Solo quiero hundirme, pegar golpes a algo hasta que mis fuerzas se agoten totalmente
y no tenga más remedio que dormir, aunque el insomnio quiera mantenerme despierta
otra noche más.
No, la verdad es que lo que quiero es ser feliz. ¿Quién no quiere? Pero tengo miedo.
¿Muy cliché, no? Al final va a resultar que no soy tan compleja como pensaba...
Aunque lo que tengo claro es que a él le amo.
Amor.
Otro significado extremamente complejo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero cerrar los ojos y que sepas que necesito cariño, y como hacerme sentir a salvo... Eso tiene un valor inestimable.
Gracias.
Gracias a todo aquel que ha cumplido su papel en mi vida y me ha hecho ser quien soy.
No sería nadie distinto,
ni aunque pudiera.